MODOS DE VER
John Berger habla de que la vista llega antes que
las palabras. Las personas percibimos siempre más a través de nuestros ojos que
mediante una explicación en la que no podemos echar un vistazo para comprobar
si es cierto lo que se dice o no lo es. Sin embargo, el conocimiento no depende
de lo que nosotros percibimos mediante la vista, sino que puede verse influido
por ella. Por este motivo todo lo que vemos toma una forma u otra de ver
dependiendo de la persona que lo esté mirando; una obra no tiene por qué tener
el mismo significado para dos personas, una de ellas puede ver serenidad y
tranquilidad y, por el contrario, otra persona puede percibir desasosiego. Pero
no todo está a la luz y nos es fácil echar un vistazo, por eso el ser humano ha
ido creando instrumentos que nos ayuden a ver más allá de hasta dónde llegan
nuestros ojos. La televisión es un ejemplo de ello; este instrumento nos ha
llevado hasta lugares en los que no hemos estado y nos ha mostrado cosas nunca
vistas. Y ya no sólo la televisión, sino también las cámaras fotográficas, el
cine, el vídeo, los ordenadores; todas estas herramientas que nos permiten ver
desde bacterias hasta trasladarnos a otra época para explicarnos el motivo del
origen del mundo, por ejemplo. Esto fue lo que utilizó John Berger para su
programa de televisión, usó las imágenes, la televisión, para mostrar cómo las
imágenes pueden hacerte creer en algo y el poder que tienen sobre nosotros. Por
el contrario, en la pintura lo que puede hacer la cámara es alterar las
imágenes, cambiar los colores, variar su tamaño,… Poco después, esta serie de
televisión derivó en un libro, y su objetivo siempre ha sido mostrar e indagar
sobre la influencia que ejerce sobre nosotros una obra de arte. Lo que John
Berger hacía era acompañar con sus cámaras a las personas al interior de una
galería de arte, sin ningún tipo de acompañamiento musical, únicamente la
persona y la obra de arte, para que el silencio y las pinturas hablen por sí
mismas al espectador, sin ningún tipo de influencia externa. Sin embargo, en
esta versión a modo de libro es el lector el que maneja todo lo que extrae de
sus páginas, es el que las organiza dentro de su cabeza y hace una
interpretación totalmente subjetiva.
Los escultectos margivagantes son los que
crean esculturas basándose en lugares y cosas marginales y las trasladan al
mundo del arte de forma algo extravagante. Los responsables de estas obras
suelen ser juzgados por seres solitarios, introvertidos y también se les acusa
de sufrir algún tipo de desequilibrio mental, lo cual no es verdad. Así mismo,
estos autores no siguen ningún patrón fijo derivado de obras de arte remuneradas
en el tiempo, sino que únicamente disponen de un lugar y un tiempo para llevar
a cabo sus creaciones. Aún así en estas obras se puede ver una gran innovación
y un reflejo de la sociedad, lo que las convierte en obras de arte disfrazadas.
La mayoría de las herramientas que usan estos autores para crear sus obras son
elementos reciclados. El art brut
es el arte que no sigue ningún convencionalismo social ni cultural, sino que
tiene sus propias reglas y no es influido por nada.
El arte marginal es el que no se encuentra
entre los cánones de la sociedad, sino que toma sus propias decisiones y sigue
sus propios valores. Este tipo de arte ha ido tomando más relevancia en la
actualidad y vemos en él un modo diferente de mostrar un sentimiento profundo
del autor. Lo que se pretende con este arte es que se tome relevancia a este
tipo de autores dentro del arte en sí mismo.
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