martes, 1 de octubre de 2013

TEMA 3: Percepción, expresión y comunicación.


MODOS DE VER

John Berger habla de que la vista llega antes que las palabras. Las personas percibimos siempre más a través de nuestros ojos que mediante una explicación en la que no podemos echar un vistazo para comprobar si es cierto lo que se dice o no lo es. Sin embargo, el conocimiento no depende de lo que nosotros percibimos mediante la vista, sino que puede verse influido por ella. Por este motivo todo lo que vemos toma una forma u otra de ver dependiendo de la persona que lo esté mirando; una obra no tiene por qué tener el mismo significado para dos personas, una de ellas puede ver serenidad y tranquilidad y, por el contrario, otra persona puede percibir desasosiego. Pero no todo está a la luz y nos es fácil echar un vistazo, por eso el ser humano ha ido creando instrumentos que nos ayuden a ver más allá de hasta dónde llegan nuestros ojos. La televisión es un ejemplo de ello; este instrumento nos ha llevado hasta lugares en los que no hemos estado y nos ha mostrado cosas nunca vistas. Y ya no sólo la televisión, sino también las cámaras fotográficas, el cine, el vídeo, los ordenadores; todas estas herramientas que nos permiten ver desde bacterias hasta trasladarnos a otra época para explicarnos el motivo del origen del mundo, por ejemplo. Esto fue lo que utilizó John Berger para su programa de televisión, usó las imágenes, la televisión, para mostrar cómo las imágenes pueden hacerte creer en algo y el poder que tienen sobre nosotros. Por el contrario, en la pintura lo que puede hacer la cámara es alterar las imágenes, cambiar los colores, variar su tamaño,… Poco después, esta serie de televisión derivó en un libro, y su objetivo siempre ha sido mostrar e indagar sobre la influencia que ejerce sobre nosotros una obra de arte. Lo que John Berger hacía era acompañar con sus cámaras a las personas al interior de una galería de arte, sin ningún tipo de acompañamiento musical, únicamente la persona y la obra de arte, para que el silencio y las pinturas hablen por sí mismas al espectador, sin ningún tipo de influencia externa. Sin embargo, en esta versión a modo de libro es el lector el que maneja todo lo que extrae de sus páginas, es el que las organiza dentro de su cabeza y hace una interpretación totalmente subjetiva.

Los escultectos margivagantes son los que crean esculturas basándose en lugares y cosas marginales y las trasladan al mundo del arte de forma algo extravagante. Los responsables de estas obras suelen ser juzgados por seres solitarios, introvertidos y también se les acusa de sufrir algún tipo de desequilibrio mental, lo cual no es verdad. Así mismo, estos autores no siguen ningún patrón fijo derivado de obras de arte remuneradas en el tiempo, sino que únicamente disponen de un lugar y un tiempo para llevar a cabo sus creaciones. Aún así en estas obras se puede ver una gran innovación y un reflejo de la sociedad, lo que las convierte en obras de arte disfrazadas. La mayoría de las herramientas que usan estos autores para crear sus obras son elementos reciclados. El art brut es el arte que no sigue ningún convencionalismo social ni cultural, sino que tiene sus propias reglas y no es influido por nada.

El arte marginal es el que no se encuentra entre los cánones de la sociedad, sino que toma sus propias decisiones y sigue sus propios valores. Este tipo de arte ha ido tomando más relevancia en la actualidad y vemos en él un modo diferente de mostrar un sentimiento profundo del autor. Lo que se pretende con este arte es que se tome relevancia a este tipo de autores dentro del arte en sí mismo.


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